En 2009, una persona o entidad bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto dio a conocer Bitcoin, la primera criptomoneda. Desde entonces, surgieron varios proyectos basados en Bitcoin, aunque con diferencias en su esencia y modo de funcionamiento.
Algunas de estas nuevas criptomonedas fueron impulsadas por empresas o asociaciones privadas, mientras que otras las crearon gobiernos de diversos países. En este último grupo ingresa el Petro (PTR), una criptomoneda que nació hace un lustro en Venezuela.
Antecedentes y contexto histórico del Petro
Ya en 2009, el expresidente venezolano Hugo Chávez habló de la necesidad de crear una moneda digital internacional (no criptomoneda) respaldada por reservas petroleras. Esto muestra que el petro es un anhelo de larga data para el gobierno de Venezuela, que luego se concretó bajo la administración de Nicolás Maduro.
Cuando nació el petro en el año 2017, Venezuela enfrentaba una de las crisis económicas y políticas más profundas de su historia reciente. La caída de los precios del petróleo, una de las principales fuentes de ingresos del país, contribuyó significativamente a una crisis caracterizada por la hiperinflación, la escasez de bienes básicos y la pérdida de valor constante de la moneda local, el bolívar.
En este contexto, el gobierno liderado por el presidente Nicolás Maduro buscaba alternativas para enfrentar las sanciones económicas internacionales y la depreciación del bolívar. Fue en este escenario que nació el petro. Anunciado en diciembre de 2017, este proyecto buscaba aprovechar la tecnología blockchain y las criptomonedas para superar las restricciones financieras impuestas desde el exterior y abordar la crisis económica interna.
El petro fue presentado como la primera criptomoneda respaldada por recursos naturales, en particular, las vastas reservas de petróleo, gas, oro y diamantes de Venezuela. La idea era vincular el valor de la criptomoneda a estos activos, con el objetivo de proporcionar una estabilidad que la moneda local, afectada por la inflación galopante, no podía ofrecer.
El petro fue presentado como la primera criptomoneda respaldada por recursos naturales, en particular, las vastas reservas de petróleo, gas, oro y diamantes de Venezuela. La idea era vincular el valor de la criptomoneda a estos activos, con el objetivo de proporcionar una estabilidad que la moneda local, afectada por la inflación galopante, no podía ofrecer.
Sin embargo, desde el principio, el proyecto enfrentó escepticismo tanto a nivel nacional como internacional. La falta de detalles técnicos claros, la ausencia de una infraestructura previa para el uso generalizado de criptomonedas y la falta de confianza en las instituciones gubernamentales complicaron la aceptación del petro.
Además, las tensiones políticas y las sanciones internacionales contribuyeron a la percepción negativa del Petro en la escena global. La comunidad internacional veía con cautela esta iniciativa respaldada por un gobierno cuya gestión económica y política estaba siendo cuestionada.
La criptomoneda petro fue presentada como una forma de moneda digital respaldada por recursos naturales. Desarrollada por el gobierno venezolano, el petro es descrito como la “primera criptomoneda soberana respaldada por reservas de petróleo, oro, gas y diamantes”. De todos modos, muchos cuestionan que tal respaldo sea cierto, puesto que la cotización de la moneda digital no ha seguido necesariamente las variaciones de precio de los activos mencionados.
Aunque la idea de las criptomonedas es que respalden su funcionamiento mediante transacciones registradas en cadenas de bloques (blockchains) accesibles para todo público y transparentes, en el caso del petro, ese registro no ofrece las garantías y la claridad que debería.
De hecho, como se ve en la imagen a continuación, el explorador de la red muestra muchísimos bloques de una sola transacción y por montos equivalentes a 0 petros. Es por eso —y porque no se comercia en los principales exchanges del mundo— que los sitios indexadores de criptomonedas no muestran datos sobre ella.
El precio del petro es determinado por dos órganos gubernamentales: el Banco Central de Venezuela (BCV) y la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (SUNACRIP). Sin embargo, en los mercados secundarios la cotización puede variar de acuerdo a la oferta y demanda en cada momento. El precio del petro en los mercados “no oficiales” —donde se incluían casas de cambio venezolanas, muchas de las cuales dejaron de operar en 2023 por un escándalo de corrupción que golpeó a la SUNACRIP— suele ser más bajo que el fijado por los organismos estatales. Esto es una señal de que la criptomoneda nacional goza de poca credibilidad y adopción en Venezuela.
Objetivos y propósitos del petro
Para comprender la esencia del Petro, es crucial analizar sus objetivos y propósitos originales. Cabe destacar que los objetivos que se enumerarán no implican necesariamente que se hayan cumplido.
En primer lugar, se concibió como un medio para contrarrestar los efectos de las sanciones económicas impuestas a Venezuela. Al respaldar la criptomoneda con recursos naturales, el gobierno buscaba sortear las restricciones financieras internacionales, proporcionando una vía alternativa para el comercio y las transacciones.
Otro objetivo fundamental del petro era impulsar la inversión extranjera y nacional en el sector petrolero venezolano. Al vincular el valor de la criptomoneda con las reservas de petróleo, se busca atraer a inversores interesados en participar en el desarrollo y la explotación de estos recursos.
Además, el petro se presentaba como una opción para la inclusión financiera de la población venezolana. En un país donde la inflación ha desestabilizado la moneda local, la criptomoneda buscaba ofrecer una alternativa más estable y accesible para las transacciones cotidianas.
Sin embargo, es importante señalar que la realidad dista mucho de estas metas trazadas en un principio. A cinco años de su creación, el petro no logró posicionarse en el sistema financiero como estaba planeado.
¿Cómo funciona el Petro?
El petro se presentó como una criptomoneda. Esto quiere decir que usa criptografía para asegurar sus transacciones, que deberían registrarse en una blockchain para garantizar su transparencia.
Sin embargo, en la práctica funciona más como una moneda digital centralizada. Es decir, es un medio de pago respaldado únicamente por la infraestructura controlada y brindada por el Estado, pero no brinda las ventajas de descentralización, resistencia a la censura o transparencia que sí ofrecen criptomonedas como bitcoin o ether.
Tecnología y blockchain detrás del petro
El fundamento tecnológico del petro reside en la aplicación de la blockchain, una tecnología descentralizada que ha sido la columna vertebral de numerosas criptomonedas, incluyendo bitcoin y ether. La blockchain funciona como un libro de contabilidad digital distribuido, donde todas las transacciones se registran de manera segura y transparente en bloques conectados.
El petro dice aprovechar esta tecnología para garantizar la seguridad, transparencia e inmutabilidad de todas las transacciones asociadas con la criptomoneda. No obstante, la realidad es que su red no es abierta ni descentralizada, sino que está controlada íntegramente por los organismos gubernamentales que administran esta criptomoneda.
En teoría, cada vez que se realiza una transacción, esta se registra en un bloque de la cadena, y la información es visible para todos los participantes de la red. No obstante, el explorador del petro muestra muchos bloques casi sin transacciones y con montos muy bajos movidos en cada una de ellas.
Funcionamiento del petro como criptomoneda
El petro es una criptomoneda que tuvo su fase de preventa entre febrero y marzo de 2018. Luego, comenzó un proceso conocido como "ICO" (Oferta Inicial de Monedas), etapa en la que unidades de la criptomoneda son puestas a disposición del público para su adquisición.
En cuanto al uso de la blockchain por parte del petro, al principio se aseguraba que se basaría en la red de Ethereum para funcionar. Sin embargo, nunca se publicó el contrato inteligente que controle su emisión y las transacciones de la criptomoneda, como suelen tener los tokens ERC-20 creados en esta red.
Otra versión aseguraba que la red NEM sería “el hogar” del petro, pero esto tampoco se concretó oficialmente. De momento, las pocas transacciones que se hacen con el petro se llevan a cabo a través de una red propia, controlada por el gobierno.
Para su almacenamiento, los usuarios pueden usar las aplicaciones Patria o PetroApp. Nuevamente, la falta de seriedad del petro como criptomoneda queda evidenciada en el hecho de que este criptoactivo solo puede usarse en aplicaciones desarrolladas por el Estado, pero no es compatible con muchísimas otras soluciones disponibles en el ecosistema.
Proceso de minería del Petro
Venezuela es un país con energía eléctrica barata, lo que la ha vuelto un sitio favorable para los mineros de Bitcoin y otras criptomonedas que se radicaran en el país. Sin embargo, la inestabilidad del servicio y las interrupciones constantes llevaron a que el gobierno restrinja esta actividad, para cuidar así la energía que debía llegar a los hogares de los habitantes del país.
En ese contexto, la minería del petro es muy poco factible. Es impensado que el Estado permita el uso de recursos energéticos para minar bloques y transacciones del petro.
De este modo, la responsabilidad quedó en manos del Estado, que no habilita la participación de usuarios comunes en asegurar el funcionamiento de la red, ni siquiera bajo otros algoritmos de consenso menos demandantes energéticamente, como la prueba de participación (Proof of Stake o PoS).
Esta carencia de mineros o validadores hace del petro una red menos segura y transparente. Al fin y al cabo, existe un solo ente, el Estado, que procesa y confirma las transacciones y nuevos bloques que se agregan a la cadena. Eso hace mucho más fácil que la red pueda ser alterada, detenida o manipulada, ya sea de manera intencional por quien la controla o en manos de atacantes.
Aspectos legales y regulatorios
Aunque se trata de una criptomoneda creada por un gobierno nacional, la situación política y judicial en Venezuela llevó a muchos cuestionamientos hacia el petro, incluso a niveles institucionales. A continuación, profundizaremos en estos aspectos legales y regulatorios.
Marco jurídico y normativo del Petro
El nacimiento del petro en 2017 también estuvo marcado por un marco jurídico y normativo que suscitó más interrogantes que respuestas concretas. La ambigüedad en las regulaciones y la ausencia de un marco legal específico para las criptomonedas generaron incertidumbre en torno a la legalidad y la aplicación del petro.
En un principio, el presidente Nicolás Maduro anunció la creación de un libro blanco (whitepaper) que detallaría las especificidades técnicas y legales del Petro. Sin embargo, la publicación de este documento se retrasó, contribuyendo a la falta de claridad que rodeaba al proyecto. La ausencia de una hoja de ruta clara generó preocupaciones sobre la transparencia y la aplicabilidad del petro en el marco legal venezolano.
La Asamblea Nacional de Venezuela, controlada por la oposición en ese momento, expresó su rechazo al proyecto del petro, argumentando que su emisión no contaba con la aprobación legislativa necesaria. Esta controversia subrayó las tensiones políticas internas y la falta de consenso sobre la legitimidad del petro como una criptomoneda respaldada por el gobierno.
Además, la introducción de una criptomoneda respaldada por el Estado planteó preguntas fundamentales sobre cómo encajaría en el sistema financiero existente. Como no había una regulación específica para las criptomonedas en Venezuela, los usuarios y negocios no tenían pautas claras sobre cómo interactuar legalmente con el Petro.
A lo largo de los años, se han presentado intentos por establecer una base legal para el petro. En 2018, el presidente Nicolás Maduro firmó un decreto que regula la criptomoneda, le otorga un estatus legal y establece las bases para su emisión y uso. Sin embargo, esta acción fue objeto de críticas y disputas legales, con la Asamblea Nacional y la oposición argumentando que la emisión del petro sin la aprobación legislativa adecuada era inconstitucional.
El motivo principal del rechazo a la idea es que compromete las reservas nacionales de petróleo, afirman los legisladores. Además, diputados como Williams Dávila aseguraron que el petro solo busca “evadir sanciones financieras legitimando transacciones ilícitas”.
Postura de diferentes países y organizaciones internacionales respecto al Petro
En líneas generales, el petro no tuvo una buena adopción internacional. De hecho, Venezuela casi no ha podido hacer uso de su criptomoneda gubernamental para el comercio con otros países.
En 2018, el gobierno estadounidense encabezado por Donald Trump estableció sanciones para ciudadanos o empresas que inviertan en la criptomoneda venezolana. De manera similar, India rechazó el uso del petro para transacciones internacionales con Venezuela, incluso rechazando un descuento del 30% en los montos a pagar. También Rusia descartó usarlo.
Otra muestra de la escasa adopción internacional del petro se ve en los exchanges de criptomonedas. Las compañías internacionales que ofrecen el intercambio de criptoactivos no admiten el petro, que solo se comercia en plataformas venezolanas (muchas de las cuales pararon sus operaciones este año) o en transacciones entre pares en el país.
Debate sobre la legalidad y legitimidad del petro
A lo largo de los años, el petro ha experimentado una trayectoria llena de eventos que han moldeado su presencia en el panorama económico venezolano. Desde su propuesta inicial por Nicolás Maduro en enero de 2018 como una medida de integración económica en los países miembros del ALBA y Petrocaribe, hasta su anuncio como una criptomoneda respaldada por recursos naturales, el Petro ha estado en el centro de intensos debates y tensiones.
Las advertencias del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en enero de 2018, que señalaban posibles problemas legales para los inversores estadounidenses que participaran en el uso del Petro, añadieron una capa adicional de complejidad. El intento de politización del tema por parte de algunos actores, como José Ángel Álvarez de la Asociación Nacional de Criptomonedas, reflejó la naturaleza polémica de la iniciativa.
A pesar de los desafíos y críticas, el gobierno venezolano continuó avanzando con el petro. La creación de una nueva criptomoneda respaldada en oro, el "Petro Oro", en febrero de 2018, y la recaudación de 735 millones de dólares anunciada por Maduro, señalaron una persistente determinación en la implementación y promoción del Petro. Las acciones posteriores, como la entrega de petros como aguinaldo y la orden de vender petróleo en petros, demostraron la voluntad del gobierno de integrar el petro en diversas facetas de la economía venezolana.
No obstante, la fluctuación en el valor del petro, las tensiones políticas, y las dificultades para su aceptación internacional han dejado al Petro en una posición ambigua y sujeta a debates continuos sobre su viabilidad y legitimidad en el contexto financiero global.
Uso y adopción del Petro
Más allá de su tecnología, la adopción de una criptomoneda es un factor central para medir su éxito. Si es buena, incluso siendo centralizada, la gente usará esa criptomoneda por las ventajas que ofrece. Eso pasa, por ejemplo, con las stablecoins USDT y USDC, ambas desarrolladas por empresas privadas. Pero no es el caso del petro.
Casos de uso del petro en Venezuela y otros países
En la práctica, el uso del petro es posible a través de una plataforma de subsidios llamada Patria o mediante la aplicación de pagos PetroApp. Si bien la criptomoneda no se comercia en los principales exchanges de criptomonedas, existen mercados secundarios en Venezuela donde se la puede comprar y vender.
El petro ocupa un lugar importante en el sistema financiero venezolano. Esto es así más por la promulgación de leyes que favorecen su adopción que por la demanda orgánica de la criptomoneda por parte de la población.
En Venezuela, empleados públicos y jubilados cobran sus haberes con el petro. Asimismo, la moneda digital se acepta en trámites gubernamentales y también en el mercado interno. Muchos comerciantes en el país aceptan ese método de pago, que también sirve para comprar pasajes aéreos o pagar impuestos.
Ventajas y desventajas del uso del Petro
Como se mencionó con anterioridad, el petro nació con algunos objetivos que parecían sensatos y podían beneficiar a los habitantes venezolanos, así como a su Estado. Entre estos, destacan:
· Contar con una moneda digital más estable que el bolívar.
· Facilitar las transacciones internacionales ante las sanciones económicas impuestas al país.
· Promover la inversión en recursos naturales de Venezuela.
· Modernizar el sistema de pagos interno en el país.
No obstante, lamentablemente el petro trajo más desventajas que cosas positivas. Por ejemplo, quienes reciben su salario en petro se encuentran con muchas limitaciones para gastar su dinero en donde quisieran.
Si bien la criptomoneda se acepta en algunos negocios, son más lo que no lo toman como forma de pago. Esto obliga a sus poseedores a desprenderse de ellos en mercados secundarios, a menudo con una diferencia de precio que los deja con menos dinero en sus manos que el que tenían inicialmente.
Asimismo, el petro no fue capaz de promover la digitalización económica para los venezolanos. Como se mencionó, el dinero en efectivo (sobre todo dólares estadounidenses) sigue siendo la forma preferida para transaccionar en el país.
Para el gobierno, el petro ha puesto en evidencia la falta de éxito para la obtención de crédito internacional, incluso poniendo su criptomoneda respaldada en recursos naturales como intercambio. Ni siquiera Venezuela logró sortear las sanciones económicas gracias al petro, ya que no logró encontrar países que quisieran aceptar su moneda digital como parte de pago.
Perspectivas de adopción y crecimiento del Petro
Pese a los esfuerzos del gobierno venezolano de promover la adopción del petro en el país, este medio de pago digital no ha calado con profundidad en la vida cotidiana de las personas.
Venezuela posee una economía altamente dolarizada, y los ciudadanos prefieren usar esa divisa para el día a día. La moneda nacional, el bolívar, ha sufrido importantes devaluaciones en los últimos años y por eso no es el medio de pago preferido de los venezolanos.
El petro vendría en un tercer o cuarto lugar, peleando mano a mano con otras criptomonedas, como bitcoin o las stablecoins, criptomonedas con valor atado a otro activo, como el dólar estadounidense.
La posibilidad de que el petro se convierta en un medio de pago obligatorio a futuro hace que algunas personas lo adquieran, al menos para tener reservas si es posible.
Análisis del petro como inversión
¿Es el petro una criptomoneda como cualquier otra, que se puede adquirir para generar ganancias ante una eventual suba de precio en el futuro? En las siguientes líneas evaluaremos este punto.
Rendimiento histórico del petro
El precio del petro siempre estuvo regulado por el gobierno venezolano, como se dijo anteriormente en este artículo. En sus inicios, se había informado que su cotización sería equivalente a 3.600 bolívares, en agosto de 2018.
La cotización actual del petro es de 2.109 bolívares, que equivalen a 59,6 dólares estadounidenses. La criptomoneda venezolana ha mantenido ese precio durante meses, aunque antes cotizaba un poco por debajo, cerca de los 40 dólares, según Exchange Monitor.
Para el Banco Central de Venezuela, el petro siempre valió 60 dólares. Ese es el tipo de cambio que se aplica para intercambios oficiales de la criptomoneda, como el que se puede hacer a través de la plataforma Patria.
Cabe destacar que, al no estar listado en exchanges internacionales de criptomonedas ni en exchanges descentralizados, los principales seguidores del mercado (como CoinMarketCap) no reflejan las fluctuaciones del precio de esta criptomoneda.
Comparación del petro con otras criptomonedas y activos tradicionales
La comparación del petro con otras criptomonedas y activos tradicionales deja en una mala posición a la iniciativa venezolana, que no ha logrado establecerse en el mercado financiero global.
Una disparidad clave entre el petro y otras criptomonedas, como bitcoin, es evidente en el max supply o suministro máximo, un elemento crucial en la comparación. Bitcoin, la criptomoneda líder, tiene un límite máximo de 21 millones de unidades, lo que le da una escasez inherente que ha contribuido a su valor. En cambio, el Petro carece de una limitación clara. En su momento, en los albores de esta moneda digital, se hablaba de una emisión máxima de 100 millones de tokens, que tendrían un respaldo de más de 5.300 millones de barriles de petróleo en el Bloque Ayacucho de la Faja petrolífera del Orinoco.
Otro aspecto crítico es la vulnerabilidad frente a factores locales y globales. Como hemos mencionado en este texto, la situación de Venezuela, tanto internamente como a los ojos del mundo, representó un obstáculo para la adopción y el crecimiento del petro.
En términos de aceptación y uso, el petro ha enfrentado resistencia tanto a nivel nacional como internacional. Las sanciones económicas y la falta de reconocimiento en plataformas financieras globales han limitado su accesibilidad y han contribuido a la percepción negativa. En comparación, criptomonedas como bitcoin y ether han experimentado un aumento en su adopción, respaldado por un creciente interés de inversores institucionales y una infraestructura más sólida.
En el ámbito de los activos tradicionales, la falta de respaldo claro y la dependencia del petro de los recursos naturales de Venezuela plantean interrogantes sobre su estabilidad a largo plazo. Mientras que activos como las criptomonedas respaldadas en el oro han mantenido su atractivo como refugio seguro, la relación del petro con los recursos naturales ha generado inquietudes sobre la capacidad del gobierno venezolano para respaldar la criptomoneda de manera efectiva.
Factores a considerar antes de invertir en petro
El petro es una criptomoneda a la que pueden acceder únicamente ciudadanos venezolanos que habitan en ese país, donde tienen habilitadas las plataformas o aplicaciones donde pueden recibirlo, intercambiarlo o usarlo como método de pago.
Como dijimos, el petro no está disponible en exchanges internacionales ni tampoco para personas que no habiten en Venezuela, ya que no contarían con ningún recurso para darle utilidad práctica ni tampoco financiera.
Por ende, el petro no es un criptoactivo en el que convenga invertir. Incluso en caso de hacerlo, no ha mostrado variaciones de precio que le permiten a un trader generar ganancias operando, aunque sí ha conservado valor de compra en Venezuela y puede considerarse un refugio contra la devaluación del bolívar.
Conclusiones
De todo lo comentado, se puede concluir que el petro no logró cumplir los objetivos para los que fue ideado. Sin embargo, sí consiguió cierta adopción en el mercado interno venezolano y ha contribuido, con sus limitaciones, a la digitalización de la economía venezolana.
Son muchas las cosas que le quedan por mejorar a la criptomoneda para el futuro. Entre estos puntos, podríamos mencionar la trazabilidad de la blockchain en la que opera, su aceptación en intercambios de criptomonedas nacionales e internacionales y la consolidación de acuerdos con otros países para promover el uso del petro en el comercio.