Yo tampoco soy catalán, pero no hace falta serlo para darse cuenta que la fuga de empresas del territorio catalán ya se está dando. En los últimos años más de 1.000 empresas catalanas han cambiado su domicilio social de Cataluña a la Comunidad de Madrid. Es un dato significativo que cuanto menos indica que las empresas se cubren del riesgo de la posible escisión.