
En las últimas semanas, Donald Trump volvió a llenar titulares con una jugada ya conocida: subir aranceles a productos chinos. La reacción de los mercados fue inmediata. Las bolsas cayeron, el índice VIX se disparó y la palabra volatilidad se tomó tanto Wall Street como las carteras de inversión de todo el mundo.
Aquí vas a entender por qué los mercados están reaccionando así, qué significa ese famoso “índice del miedo” y cómo un inversionista chileno puede protegerse –e incluso encontrar oportunidades– en medio del desorden financiero global.
La tormenta perfecta: Trump, China y la volatilidad que revienta las bolsas
El anuncio de Trump sobre nuevas medidas comerciales contra China cayó como bomba en un mercado ya intranquilo. Esta vez, la sacudida no se limita a una industria específica: desde acciones tecnológicas hasta materias primas han sentido el golpe. Y como si eso fuera poco, la Reserva Federal de EE.UU. sigue sin dar señales claras sobre qué hará con las tasas de interés. Todo esto, en un contexto donde el crecimiento económico mundial se está ralentizando. Ahí es donde entra en juego el índice VIX, que mide la volatilidad esperada para los próximos 30 días.
Este indicador, también conocido como el “termómetro del miedo”, subió a niveles no vistos desde la última gran crisis financiera. ¿Por qué importa esto? Porque cuando Wall Street estornuda, nosotros nos resfriamos: las acciones chilenas, el tipo de cambio y hasta los bonos soberanos se ven afectados. Y esta volatilidad no es solo un dato técnico: influye directamente en cómo los inversionistas mueven sus fichas, muchas veces desde la emoción más que desde la estrategia.
Tecnológicas bajo presión: cómo afectan los aranceles a las grandes de Silicon Valley

Cuando Trump anunció los nuevos aranceles, una de las primeras víctimas fueron las acciones de empresas tecnológicas. Gigantes como Apple, Amazon, Nvidia y Google vieron caer su valorización en pocos días. A la par, las criptomonedas tampoco zafaron del coletazo: el Bitcoin y otros tokens cayeron fuerte, arrastrando a muchos portafolios.
Ahora bien, este desplome puede ser visto por algunos como una oportunidad para comprar barato. Pero cuidado: apostar a una recuperación rápida sin tener claro el contexto político y económico puede ser más riesgoso de lo que parece.

Estas tensiones comerciales no se solucionan de un día para otro. Por eso, aunque suene tentador “comprar la caída”, hay que hacerlo con cautela y evaluando el panorama más allá del corto plazo.
¿Qué puede hacer un inversionista ante tanta inestabilidad?

Primero que todo: no hay que entrar en pánico. Las decisiones más costosas en la inversión suelen surgir cuando se actúa apurado. Lo mejor es tener una estrategia pensada y adaptada al contexto actual. Aquí te dejamos algunas claves:
1. Evalúa tu exposición al riesgo
Si estás demasiado concentrado en instrumentos volátiles sin respaldo, este puede ser un buen momento para revisar tu cartera. No se trata de salir corriendo, sino de entender dónde están los puntos débiles.
2. No tomes decisiones en caliente
El mercado puede desplomarse 8% en un día y luego recuperar parte de la caída. En estos vaivenes, mantener la cabeza fría puede marcar la diferencia. Si vas a hacer ajustes, que sean racionales, no impulsivos.
3. Diversifica por tipo de activo y región
Combina bonos, acciones chilenas, y si es posible, algún instrumento que funcione como cobertura frente a la inflación o la volatilidad.
4. Mantén algo de liquidez
Tener caja disponible –en pesos o en dólares– puede ser clave si aparece una caída que represente una oportunidad atractiva para comprar.
5. Monitorea los indicadores relevantes
No necesitas ser trader, pero sí conviene seguir el VIX, la evolución del dólar, las tasas de interés de la Fed y la situación geopolítica global. Estar informado te permite anticiparte mejor que reaccionar a último minuto. Aunque el panorama esté revuelto, no es la primera vez que los mercados enfrentan este tipo de sacudones… y tampoco será la última.
Lo importante es tener un plan claro, no improvisar, y recordar que la paciencia es una de las mejores herramientas del inversionista.