El actual sistema de AFPs, heredado de la dictadura, no es un verdadero sistema de pensiones, sino que uno de ahorro forzoso. Nos obligan a poner nuestros ahorros en unos fondos que después se utilizan para financiar a los grandes grupos económicos del país.
Por eso protestamos y seguiremos protestando hasta que lo cambien.
Hoy en día un profesor que haya cotizado toda la vida, se puede jubilar con una pensión de $120.000 ¡La mitad de un sueldo mínimo!
El sistema es injusto y necesita ser reparado ahora.
¡No más AFP!