A menudo se confunden los términos de repactar, refinanciar y renegociar, o se los considera equivalentes, sin embargo, cada uno tiene un significado diferente, y una forma distinta de plantearse la reorganización de una deuda.
Tipos de deudas bancarias
Existen diversos tipos de deudas asociadas a créditos bancarios, entre las que destacan las siguientes:
- Crédito de consumo: Es un préstamo otorgado a personas para financiar gastos personales, como compras de bienes y servicios, estudios, viajes, entre otros.
- Tarjeta de crédito: Es un tipo de crédito de consumo que permite realizar compras y pagos en cuotas. Las tarjetas de crédito tienen un límite de cupo, que es la cantidad máxima que se puede gastar.
- Crédito hipotecario: Es un préstamo para la compra de una propiedad, como una casa, un departamento, una oficina o un establecimiento comercial. Se suele pagar en cuotas a largo plazo, generalmente entre 10 a 30 años.
- Crédito automotriz: Es un préstamo para financiar la compra de un vehículo. También se suele pagar en cuotas a largo plazo, y la propiedad del vehículo queda en garantía hasta que se pague el crédito.
- Crédito comercial: Es un préstamo otorgado a empresas para financiar sus operaciones, como la compra de inventario, el pago de salarios, entre otros.
- Crédito educacional: Es un préstamo para financiar estudios universitarios o de posgrado. También se suele pagar en cuotas a largo plazo, especialmente en los casos en que se financian estudios de pregrado.
Deudas de crédito
Cuando hablamos de deuda, nos referimos al dinero que se debe a una entidad financiera o a otra persona. Por lo tanto, es el resultado de haber obtenido un crédito y que aún no se ha pagado en su totalidad.
En tanto, el crédito es el préstamo de dinero que permite adquirir bienes o servicios a cambio de un compromiso de pago en el futuro. Es decir, se trata de una herramienta financiera que permite a una persona o empresa obtener un capital que no tiene en el momento actual y que deberá devolver en el futuro con intereses y otros cargos.
En síntesis, el crédito es una herramienta financiera que permite obtener dinero a cambio de un compromiso de pago futuro, mientras que la deuda es la consecuencia del crédito adquirido.
¿Por qué tengo deudas?
Existen diversas razones por las que las personas deciden o deben endeudarse. Entre las más comunes destacan:
- Compra de bienes y servicios: Algunas personas se endeudan para adquirir bienes y servicios que no pueden pagar al contado, como un vehículo, una vivienda, un electrodoméstico, o la educación superior, por mencionar algunos.
- Gastos imprevistos: Otras de las principales razones por las cuales las personas se endeudan es para hacer frente a gastos inesperados, como una emergencia médica, la reparación de un vehículo o de una casa, o la pérdida de empleo.
- Financiamiento de necesidades básicas: En ocasiones, las personas pueden endeudarse para cubrir necesidades básicas como alimentación, servicios básicos y atenciones médicas.
- Mantener su estilo de vida: Aunque no es algo recomendable, algunas personas se endeudan para mantener un estilo de vida que no pueden permitirse financieramente, como viajar, ir de compras, salir a comer, entre otros.
- Consolidación de deudas: Otra razón por la que las personas pueden endeudarse es para consolidar sus deudas, es decir, reunirlas todas en una sola con el objetivo de simplificar sus pagos y reducir los intereses.
De todas formas, cabe destacar que endeudarse no es necesariamente negativo, siempre y cuando se realice de manera responsable y consciente, y se tenga en cuenta la capacidad de pago.
¿Qué es repactar una deuda?
La repactación es un procedimiento que permite negociar la forma de pago de una deuda que se encuentra en mora, lo que significa que una o varias cuotas están atrasadas. En este proceso, la institución financiera o el acreedor establecen las condiciones, y la persona endeudada tiene la opción de aceptarlas o no, asumiendo las consecuencias de continuar en mora.
Al repactar, es probable que el monto de la deuda aumente y se extienda el plazo para pagarla, a cambio de cuotas más accesibles y económicas. Por lo tanto, la repactación puede ser ventajosa porque permite acceder a pagos mensuales más bajos. No obstante, el lado negativo es que la deuda crece y se extiende en el tiempo.
¿Cómo repactar una deuda? Requisitos
Para llevar a cabo un proceso de repactación, la deuda debe estar en mora, es decir, que una o más cuotas se encuentren atrasadas. Además, en la repactación, es la institución financiera o el acreedor de la deuda el que establece las condiciones y la persona adeudada puede aceptarlas o no, asumiendo las implicaciones de seguir morosa.
¿Qué es refinanciar una deuda?
Refinanciar una deuda implica solicitar un nuevo crédito sin estar en mora con el pago de las cuotas del préstamo original. Esta es la principal diferencia con la repactación.
La refinanciación permite negociar nuevas condiciones del crédito, como una tasa de interés más favorable, mantener el mismo monto de cuota, pero extender el plazo y recibir una diferencia en efectivo para uso libre, o reducir el monto de las cuotas a cambio de extender el plazo del crédito.
Al refinanciar una deuda, se pueden obtener mejores condiciones para el crédito, como una tasa de interés más baja, lo que puede ayudar a reorganizar el presupuesto. Sin embargo, el lado negativo es que se adquiere un nuevo compromiso crediticio, lo que significa una deuda mayor. No obstante, si se mantiene un presupuesto organizado, no debería haber problemas si se decide refinanciar una deuda.
¿Cómo refinanciar un crédito? Requisitos
En general, para refinanciar una deuda, es necesario no estar en mora con las cuotas del crédito original, además de tener antecedentes financieros favorables. También se debe demostrar que se contará con los ingresos para poder pagar este nuevo crédito, lo que se realiza a través de la presentación de liquidaciones o facturas de pago y de la antigüedad laboral.
¿Qué es renegociar una deuda?
Renegociar una deuda es un proceso distinto a repactar o refinanciar, ya que solo puede realizarse bajo la Ley de Reorganización y Liquidación de Activos de Empresas y Personas, también conocida como “Ley de Quiebras”, a través de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento.
En la renegociación, se busca llegar a nuevas condiciones de pago, en las que la persona adeudada pone a disposición sus bienes, y los acreedores pueden aceptar o no la propuesta. El objetivo es que los acreedores puedan recuperar algo de lo adeudado, y la persona que se acoge al proceso de renegociación pueda limpiar sus antecedentes comerciales y comenzar de cero.
En este proceso, la persona endeudada pone a disposición sus bienes y propone nuevas condiciones de pago para sus acreedores. Si se llega a un acuerdo, se regularizan las deudas y se pueden limpiar los antecedentes comerciales. Sin embargo, si la renegociación se rechaza, se produce la "liquidación de los bienes", es decir, una solución radical y definitiva, donde se pierden los activos.
¿Cómo renegociar una deuda? Requisitos
Este proceso es para aquellos que ya no pueden cumplir con sus compromisos crediticios, y deben cumplir ciertos requisitos, como tener dos o más deudas vencidas por más de 90 días corridos, que sumen un valor mínimo de 80 UF (alrededor de $2.800.000). Tampoco deben haber emitido boletas de honorarios en los últimos 24 meses y no ser calificado como contribuyente de primera categoría (una empresa) ante el Servicio de Impuestos Internos.
¿Para qué sirve cada una? Diferencias entre refinanciar, renegociar y repactar
Cada uno de estos procesos, como la repactación, refinanciación y renegociación, sirven para reorganizar la situación financiera de una persona en diferentes etapas de una deuda, ya sea que tenga atrasos en sus pagos, necesite mejorar sus condiciones de pago, o incluso reestructurar su deuda completamente.
La repactación es útil para reorganizar el pago de una deuda cuando una o más cuotas se encuentran atrasadas. En este proceso, se establecen nuevas condiciones de pago que permiten normalizar la deuda y acceder a cuotas más bajas, aunque la deuda aumenta y se extiende en el tiempo.
En tanto, la refinanciación es útil para obtener mejores condiciones de pago para un préstamo existente sin estar en mora con las cuotas. En este proceso, se busca obtener un nuevo crédito con tasas de interés más convenientes, plazos más largos y/o cuotas más bajas, lo que puede ayudar a reorganizar el presupuesto y mejorar la capacidad de pago.
Finalmente, la renegociación es un proceso más complejo y se utiliza cuando una persona no puede cumplir con sus compromisos crediticios y necesita reorganizar su situación financiera. Este proceso solo puede realizarse bajo la Ley de Reorganización y Liquidación de activos de Empresas y Personas.
¿Cómo elegir si refinanciar, repactar o renegociar?
En general, para elegir la mejor opción, es importante considerar la capacidad de pago, la tasa de interés actual, el plazo y el costo total de la deuda. También es importante tener en cuenta los posibles costos adicionales, como las comisiones y los gastos de operación, además de evaluar si los cambios propuestos son manejables en términos del pago mensual.
Bancos que me permitan refinanciar, repactar o renegociar un crédito
En Chile, la mayoría de los bancos y entidades financieras permiten la refinanciación y repactación de créditos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada banco tiene sus propias políticas y requisitos para refinanciar y repactar una deuda, por lo que es recomendable consultar directamente con el banco o entidad financiera correspondiente para obtener información detallada sobre los procedimientos y condiciones específicas.
Preguntas Frecuentes
¿Qué consecuencias puede tener la repactación?
Al repactar una deuda, el monto de la deuda puede aumentar y el plazo para pagarla probablemente se extenderá. Sin embargo, las cuotas pueden ser más bajas y accesibles, lo que puede ser una ventaja para aquellos que tengan dificultades para pagar las cuotas actuales.
¿Qué se puede negociar en una refinanciación?
En una refinanciación, ambas partes pueden negociar las condiciones de un nuevo crédito, como conseguir una tasa de interés más conveniente, mantener el mismo monto de cuota pero alargando el plazo, recibir una diferencia en dinero para libre uso, o disminuir el monto de las cuotas a cambio de extender el plazo del crédito.
¿Es posible repactar o refinanciar una deuda si tengo antecedentes financieros desfavorables?
En general, tener un mal historial crediticio puede dificultar la obtención de un nuevo crédito o la repactación de una deuda existente. Sin embargo, algunas instituciones financieras ofrecen programas especiales para personas con problemas de pago, por lo que es posible que puedas encontrar opciones de repactación o refinanciación.
¿Qué sucede si no puedo cumplir con las nuevas condiciones de repactación o refinanciación?
Si no puedes cumplir con las nuevas condiciones, puedes incurrir en nuevos atrasos y generar intereses adicionales, lo que puede empeorar tu situación financiera. Es importante que evalúes cuidadosamente tus posibilidades antes de aceptar cualquier acuerdo de repactación o refinanciación.