¿Por qué fluctúan tanto los precios de las criptomonedas?

Bitcoin (BTC) ha tocado en varias oportunidades su precio máximo histórico (ATH, por sus siglas en inglés) superando los 107.000 dólares.

Así como este caso, hay muchos otros. Los precios de las criptomonedas fluctúan con el paso del tiempo, e incluso algunos pueden variar en cuestión de días u horas. A continuación, te proponemos conocer a qué se debe este comportamiento de estos activos digitales. 

El factor más importante detrás de las fluctuaciones de precio de las criptomonedas es la relación entre la oferta y la demanda. Este principio básico de la economía también aplica a los activos digitales: cuantas más personas quieren comprar una criptomoneda (es decir, la demanda aumenta) y la cantidad disponible en el mercado no crece al mismo ritmo, su precio sube. Por el contrario, cuando la demanda cae o hay un exceso de oferta, los precios tienden a bajar.

Lo interesante de las criptomonedas es que muchas de ellas tienen una oferta limitada o controlada. Tomemos el caso de bitcoin, la primera y principal criptomoneda del mercado para invertir: su emisión está limitada a 21 millones de unidades, y esto no se puede cambiar porque está definido en su código. Esta escasez programada hace que, a medida que aumenta la demanda de bitcoin, su precio suba, porque la cantidad disponible es cada vez menor. Es como si el oro, al ser un recurso limitado, se hiciera más caro cuando más personas lo buscan.

Por otro lado, la demanda de una criptomoneda está impulsada por varios factores, como el interés de los inversores, la adopción de nuevas tecnologías o incluso las noticias del mercado. Por ejemplo, si una empresa importante anuncia que aceptará pagos en bitcoin, esto puede aumentar la demanda, y con ella, el precio. Pasó con la criptomoneda Dogecoin (DOGE), que nació como un meme de internet pero adquirió gran popularidad y valor cuando Elon Musk, CEO de Tesla, anunció que la compañía automotriz aceptaría pagos en DOGE. Lo mismo ocurre cuando un país declara que regulará positivamente el uso de criptomonedas o cuando hay avances tecnológicos que mejoran su utilidad.

Sin embargo, la demanda también puede variar de forma negativa. Noticias como hackeos a exchanges (plataformas donde se compran y venden criptomonedas), decisiones gubernamentales que restringen las actividades con criptomonedas o incluso comentarios negativos de figuras influyentes pueden llevar a que más personas vendan sus criptomonedas. Así, es posible que se genere una caída en el precio.

En el “mundo cripto”, los mercados reaccionan rápidamente a la información que circula, ya sea positiva o negativa. Esto se debe a que las criptomonedas son activos descentralizados y globales y las decisiones de los inversores no dependen de una entidad central, como podría ser un banco central que determinada una tasa de interés. En cambio, entran bastante en juego las expectativas y emociones que generan las noticias en los inversores.

Por ejemplo, cuando un país anuncia que regulará el uso de bitcoin de manera favorable, como sucedió cuando El Salvador lo declaró moneda de curso legal en 2021, el mercado puede (y suele) responder con un aumento en los precios. Este tipo de noticias genera entusiasmo en el público, ya que aumenta la legitimidad y adopción de las criptomonedas. Lo mismo ocurre cuando grandes empresas, como Tesla en su momento, comunican que aceptarán pagos en bitcoin o están invirtiendo en activos digitales.

En tanto, las noticias negativas también juegan su papel. Así como el precio sube ante eventos auspiciosos, otros pueden causar el efecto contrario: una caída de los precios. Por ejemplo, hablamos de hackeos a exchanges, rumores de prohibiciones gubernamentales o regulaciones estrictas y declaraciones públicas de figuras influyentes, como presidentes o grandes empresarios, en contra de las criptomonedas. 

Por citar algunos casos puntuales, cuando China anunció la prohibición de las operaciones con criptomonedas en 2021, el mercado sufrió una fuerte corrección (ver imagen de abajo). Asimismo, el quiebre de diversas empresas del mundo de las criptomonedas, como la prestamista Celsius y el exchange FTX, generaron un efecto dominó que sumergió a bitcoin hasta los 16.000 USD de valor en 2022.

Es importante aclarar que no todas las noticias tienen un impacto duradero. En muchos casos, el efecto es temporal y está más relacionado con la emoción del momento que con cambios reales en el mercado. 

En Argentina, las noticias relacionadas con el contexto económico local también influyen en la percepción del público sobre las criptomonedas. Anuncios de restricciones cambiarias o nuevas medidas impositivas sobre el dólar suelen impulsar a más personas a buscar alternativas como bitcoin, lo que aumenta su demanda y puede impactar en su precio a nivel local.

El hecho de que las medidas de los gobiernos tengan impacto directo en los precios de las criptomonedas puede sonar contradictorio. Antes dijimos que estas operan en un mercado global pero descentralizado, de modo que deberían estar “por encima” de lo que dicen o hacen los gobiernos. Sin embargo, esto no es así por varios motivos. 

Primero, porque algunas criptomonedas no son 100% descentralizadas. A diferencia de Bitcoin, otras como Tether, Ripple, BNB o USDC dependen de empresas u organizaciones que controlan su emisión y respaldan su valor. 

Estas organizaciones están obligadas a cumplir las normas del país donde están inscriptas. Por eso, ha pasado que los gobiernos solicitan a tales organizaciones congelar direcciones o fondos sospechadas de actividades ilegales. Con criptomonedas descentralizadas como bitcoin, una medida como esa es imposible.

En segundo lugar, debemos tener en cuenta que las medidas gubernamentales sí influyen en la percepción y el comportamiento de los inversores, lo que a su vez repercute en la oferta y la demanda de una criptomoneda.

Cuando un gobierno adopta políticas favorables hacia las criptomonedas, el mercado suele reaccionar de manera positiva. Estas decisiones suelen dar un impulso al precio de criptomonedas como bitcoin, ya que generan confianza y fomentan su adopción como una herramienta legítima dentro del sistema financiero.

Factores que hacer subir el precio	Factores que hacen bajar el precio
Contextos económicos adversos que impulsan el uso de criptomonedas como refugio, como inflación o restricciones cambiarias.	Caídas generales en los mercados financieros que afectan a los activos de riesgo.
Aumento en la demanda y adopción masiva.	Noticias negativas, como hackeos o prohibiciones gubernamentales.
Noticias positivas, como regulaciones favorables o integración con grandes empresas.	Venta masiva por parte de grandes inversores (ballenas).
Avances tecnológicos y actualizaciones importantes en las redes.	Regulaciones restrictivas o amenazas de prohibición en mercados claves.
Escasez de oferta, como en el caso del halving de bitcoin.	Fallas tecnológicas o divisiones dentro de la comunidad (forks conflictivos).

Sin embargo, las medidas restrictivas o prohibitivas tienen el efecto contrario. Un ejemplo recurrente es China, donde las criptomonedas han enfrentado varias prohibiciones, como las aplicadas a la minería o al comercio de activos digitales. 

En Argentina, las decisiones del gobierno también han influido. Las restricciones cambiarias, como el cepo al dólar, llevaron a muchos argentinos a buscar en las criptomonedas una forma de cuidar sus ahorros o sortear las limitaciones para acceder a divisas extranjeras. El efecto suele ser un incremento en el valor de las stablecoins atadas al dólar estadounidense en exchanges locales.

Más allá de todo, el impacto de las decisiones gubernamentales no siempre es inmediato ni definitivo. El carácter global y descentralizado de las criptomonedas les permite adaptarse y encontrar refugio en mercados más favorables. Por eso, estas medidas, aunque influyentes, no suelen definir por completo el destino de estos activos.

Al tratarse de activos digitales basados en tecnología, cualquier innovación o mejora en el protocolo de una criptomoneda o en su red puede aumentar su utilidad, seguridad y eficiencia. Esto tiene la capacidad de elevar su demanda o, como en el caso de bitcoin, reducir paulatinamente su oferta; ambas cuestiones acaban repercutiendo en el precio. 

Tomemos como ejemplo el caso de Ethereum, la segunda criptomoneda más capitalizada del mercado. En 2022, Ethereum implementó una actualización conocida como "The Merge" (“La fusión”), con la que su red pasó de un mecanismo de consenso basado en prueba de trabajo (Proof of Work, la conocida “minería”) a uno basado en prueba de participación (Proof of Stake). 

Esta actualización no solo redujo el consumo energético de la red en más del 99%, sino que también mejoró su escalabilidad y seguridad. Además, se redujo la emisión de ETH, criptomoneda nativa de la red, como se ve en la imagen de abajo. Más allá de los resultados concretos de la innovación, el interés en el mercado fue tal que el precio de la criptomoneda subió considerablemente antes y después del Merge.

Otro ejemplo relevante es el de bitcoin, que periódicamente lleva a cabo mejoras tecnológicas programadas para optimizar su red. El halving de Bitcoin, que reduce en un 50% la emisión de nuevas criptomonedas por bloque, es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede influir en los tokenomics (la economía en torno a un token o criptomoneda) y en el mercado. 

Si bien los avances tecnológicos suelen ser positivos para las criptomonedas, en algunos casos pueden generar incertidumbre o tensiones dentro de una comunidad. Esto ocurre cuando una actualización importante no tiene el consenso total de los participantes de la red, como desarrolladores, usuarios y mineros.

El ejemplo de la bifurcación (fork) de bitcoin en 2017 ilustra bien esta situación. En aquel momento, surgió un desacuerdo en la comunidad de bitcoin sobre cómo abordar el problema de la escalabilidad, es decir, la capacidad de la red para manejar más transacciones a medida que su sumaban más usuarios. Algunos proponían aumentar el tamaño de los bloques en la blockchain, mientras que otros preferían soluciones que no implicaran cambiar esta característica central.

Al no llegar a un acuerdo, se produjo una bifurcación dura (hard fork) que dividió la red en dos: bitcoin (BTC) continuó con las reglas originales, mientras que Bitcoin Cash (BCH) adoptó un tamaño de bloque mayor para procesar más transacciones.

En criptomonedas menos prestigiosas que bitcoin, una división así puede ser el camino a la ruina de una de las dos resultantes, o incluso de ambas. Por eso decimos que las innovaciones tecnológicas pueden ser muy buenas, pero también representan un arma de doble filo según el nivel de consenso y las expectativas que generen.

A diferencia de mercados financieros más tradicionales, las criptomonedas atraen a una gran variedad de perfiles de inversores, que van desde traders experimentados hasta principiantes con poca experiencia. Este rango tan amplio de participantes hace que las decisiones sean altamente influenciables por factores emocionales y especulativos.

Por ejemplo, cuando el precio de una criptomoneda empieza a subir rápidamente, se genera lo que se conoce como FOMO ("Fear Of Missing Out" o “miedo a quedarse afuera”), lo que lleva a muchos inversores a comprar impulsivamente. Como consecuencia, aumenta el precio del activo en cuestión. 

Por otro lado, cuando hay noticias negativas o una caída repentina, se activa el pánico vendedor, que hace que los inversores liquiden sus posiciones rápidamente e intensifica así la caída del precio. Este comportamiento cíclico alimenta la volatilidad del mercado cripto.

Además, las llamadas "ballenas", que son inversores o entidades que poseen grandes cantidades de una criptomoneda, también juegan un papel importante. Sus decisiones de compra o venta pueden mover el mercado, y hay sobrados ejemplos de ello. Si una ballena decide vender una gran cantidad de bitcoin, el precio puede caer, y eso a menudo desencadena ventas adicionales por parte de inversores más pequeños que buscan protegerse de mayores pérdidas.

En este sentido, las redes sociales y las plataformas de noticias también tienen su impacto. Los inversores suelen tomar decisiones basadas en información que consumen en internet, muchas veces sin analizar en profundidad su veracidad. Es por eso que los tweets de figuras influyentes, como empresarios o líderes del espacio cripto, pueden disparar compras masivas o ventas precipitadas que potencien las fluctuaciones en el precio.

Las criptomonedas revolucionan día a día la forma en que entendemos el dinero y las inversiones. No obstante, su naturaleza dinámica y su mercado emergente las convierten en un terreno lleno de desafíos, entre los cuales destaca la alta volatilidad. Esta cualidad se ve impulsada por los factores que tratamos a lo largo de este artículo. 

Esta volatilidad, aunque a menudo vista como un riesgo de invertir en criptomonedas, también puede ser una oportunidad para quienes comprenden las dinámicas del mercado. Para navegar con éxito en este espacio, es fundamental informarse adecuadamente y mantener una perspectiva crítica frente a las tendencias y el ruido del mercado.

Tengamos en cuenta que, en definitiva, las fluctuaciones en los precios de las criptomonedas no son solo el resultado de fuerzas económicas tradicionales, sino también de la influencia de emociones, decisiones políticas y desarrollos tecnológicos. Comprender estos aspectos te va a permitir tomar decisiones más conscientes.