En las redes sociales, podemos encontrar cientos de casos de éxito de gente que “se hizo rica” invirtiendo en criptomonedas. Sin embargo, no todo lo que estos “gurúes” o influencers pretenden enseñarte es cierto; o al menos, hay consideraciones importantes que no siempre se enfatizan como deberían.
La realidad es que sí existen riesgos al invertir en criptomonedas. Eso no quiere decir que vas a perder todo tu dinero. Si eres paciente y cauteloso, de seguro podrás sacarle rédito a esta actividad financiera. A continuación, te contamos sobre los principales riesgos y cómo afrontarlos.
Volatilidad del mercado
La volatilidad del mercado es uno de los riesgos más importantes al invertir en criptomonedas. ¿A qué se refiere este término? Básicamente, a la rapidez y magnitud con la que los precios de las criptomonedas pueden subir o bajar en muy cortos períodos de tiempo.
A diferencia de los mercados financieros tradicionales, donde los precios de los activos tienden a cambiar de manera más gradual, el mercado de criptomonedas es notoriamente más impredecible.
Para entender mejor, consideremos que el valor de una criptomoneda puede aumentar un 20% en cuestión de horas y, del mismo modo, caer un 30% al día siguiente. Este comportamiento “salvaje” se debe a varios factores.
Uno de ellos es la menor capitalización de mercado en comparación con otros activos, lo que hace que incluso pequeñas transacciones en poco tiempo puedan tener un impacto grande en los precios.
Además, influyen la percepción pública y las noticias relacionadas con avances tecnológicos, regulaciones gubernamentales o problemas de seguridad. Todos estos factores también pueden provocar fluctuaciones en los valores de las criptomonedas.
Fuente: CoinGecko.
Pero cuidado, que esto no es necesariamente malo. Si sabes leer los acontecimientos y te vuelves un buen analista, puedes aprovechar esos cambios de precio a tu favor.
Ahora bien, la volatilidad del mercado también es un riesgo de pérdidas de dinero, sobre todo en momentos de caídas abruptas de precios. Por ejemplo, en diciembre de 2017, el precio de bitcoin (BTC) alcanzó casi los 20.000 dólares, pero cayó a alrededor de 7.000 a principios de febrero de 2018, es decir, dos meses después.
En ocasiones, la volatilidad puede potenciarse debido al comportamiento de los inversores. En un mercado tan especulativo, el miedo y la codicia juegan un papel crucial. Ante la posibilidad de lograr ganancias rápidas, muchos novatos tienden a comprar criptomonedas impulsivamente durante las subidas de precios, lo que los lleva a vender en pánico cuando los precios caen. Así, se genera un ciclo de volatilidad aún mayor en el que solo los audaces consiguen salir airosos.
Falta de regulación
La falta de regulación es otro riesgo que no podemos obviar al invertir en criptomonedas.
Esto se refiere a que muchos países aún no tienen leyes específicas para este tipo de activos, o incluso para las plataformas en las que estos se comercian, que a menudo caen en una categoría similar a la de instituciones financieras como los bancos.
En el caso de Chile, la situación es un ejemplo claro de cómo la falta de regulación puede afectar al mercado de criptomonedas. Años atrás, muchos bancos del país optaron por cerrar cuentas relacionadas con exchanges de criptomonedas, lo que claramente complicaba la actividad de estas empresas fintech que emergían de a poco en la región. Casos como Orionx y Buda.com ocuparon los titulares por bastante tiempo entre 2018 y 2020.
Esto llevó a que las plataformas se asocien para iniciar acciones legales, lo que resultó en un fallo del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) a favor de las plataformas de criptomonedas, de modo que los bancos se vieron obligados a reabrir las cuentas.
Fuente: Pixabay.
No obstante, la promulgación de la Ley Fintech en enero de 2023 establece un marco regulatorio que promueve la innovación financiera y garantiza la protección de los consumidores y la estabilidad del sistema financiero. Esta legislación aborda varios aspectos del ecosistema financiero digital, como los pagos electrónicos, el financiamiento colectivo y las plataformas de intercambio de criptomonedas.
Con respecto a esto último, la Ley Fintech exige que las plataformas de intercambio de criptomonedas se registren y cumplan con ciertos estándares operativos y de transparencia.
De no existir leyes como esta, se abren las puertas a potenciales fraudes. Sin un marco legal claro, es más fácil crear esquemas de inversión engañosos y robar el dinero de otras personas a través de las diversas tácticas que los estafadores poseen en su arsenal. En un mercado no regulado, los inversores tienen menos recursos para protegerse contra el fraude y menos vías para recuperar sus fondos en caso de ser víctimas de actividades ilícitas.
Como consecuencia, podemos decir también que la falta de regulación puede complicar la adopción y el crecimiento del mercado de criptomonedas. Además, aleja un potencial escenario de colaboración con instituciones financieras tradicionales (muchas de ellas ya interesadas en bitcoin) y aleja así a una enorme cantidad de gente de este mercado tan accesible.
Seguridad y fraudes
Aunque la tecnología blockchain que sustenta a la mayoría de las criptomonedas está diseñada para ser segura, las plataformas y aplicaciones donde los usuarios almacenan y comercian sus criptoactivos no siempre comparten ese nivel de protección.
Uno de los problemas más graves en términos de seguridad es el hackeo de plataformas de intercambio. A lo largo de los años, ha habido numerosos casos en los que los hackers han explotado vulnerabilidades en plataformas de criptomonedas, de las cuales se robaron grandes sumas de dinero.
Por ejemplo, en 2014, el intercambio japonés Mt. Gox sufrió uno de los hackeos más importantes de la historia; perdió aproximadamente 850.000 bitcoins, que en ese momento equivalían a cientos de millones de dólares. Hoy, la cifra es igual a 52.700 millones de dólares. Este tipo de eventos, lejos de apaciguarse, continúan ocurriendo por cifras millonarias mes a mes.
Como vemos a continuación, afecta tanto a plataformas centralizadas como Mt. Gox, como a los novedosos protocolos descentralizados, que basan su funcionamiento en contratos inteligentes que se autoejecutan. En toda su existencia, estos protocolos DeFi sufrieron robos por más de USD 8.000 millones.
Fuente: DeFillama. (Traducido automáticamente por Google).
Como vemos a continuación, afecta tanto a plataformas centralizadas como Mt. Gox, como a los novedosos protocolos descentralizados, que basan su funcionamiento en contratos inteligentes que se autoejecutan. En toda su existencia, estos protocolos DeFi sufrieron robos por más de USD 8.000 millones.
Otro riesgo considerable es el phishing y otras formas de ingeniería social. ¿Suena difícil? Pues te aseguramos que sabes de qué se trata. En esta “estrategia”, los estafadores se dirigen a los usuarios mediante correos electrónicos falsos, sitios web clonados o mensajes engañosos que parecen ser de fuentes legítimas. El objetivo es obtener acceso a las claves privadas de los usuarios, que son esenciales para acceder a sus criptomonedas. Una vez que los estafadores tienen estas claves, pueden transferir los fondos a sus propias cuentas.
Más allá de los hackeos y el phishing, las estafas de inversión y los esquemas Ponzi son también comunes en el mundo de las criptomonedas. En estos casos, los estafadores atraen a sus “víctimas” con promesas de altos rendimientos por sus inversiones, pero en realidad lo que hacen es usar los fondos de nuevos inversores para pagar a los antiguos, en un ciclo que eventualmente colapsa.
Riesgo de liquidez
El riesgo de liquidez hace referencia a los problemas o cambios bruscos que un grupo de transacciones repentinas puede ocasionar en el mercado de una criptomoneda.
En mercados con alta liquidez, los inversores pueden realizar transacciones rápidamente y con poca variación en el precio. Bitcoin y Ether son ejemplos de ello: a menudo suelen congestionarse las redes con transacciones sin que eso impacte de forma directa en la cotización del activo.
Sin embargo, en mercados con baja liquidez, las transacciones pueden ser más difíciles y pueden influir drásticamente en los precios, lo que genera volatilidad y posibles pérdidas para los inversores.
El mercado de criptomonedas, aunque ha crecido mucho en los últimos años, todavía enfrenta problemas de liquidez, especialmente en comparación con mercados financieros más establecidos como el de acciones o bonos. Algunas criptomonedas, particularmente aquellas que no están entre las más populares, pueden experimentar baja liquidez. Esto significa que puede haber menos compradores y vendedores disponibles, lo que dificulta la ejecución de transacciones grandes sin afectar el precio de manera sustancial.
Los momentos de alta volatilidad suelen exponer a las criptomonedas con mayor riesgo de liquidez. Primero, porque su precio cambia drásticamente cuando una “ballena” hace una operación grande o cuando muchos “peces pequeños” transaccionan en un lapso de tiempo breve. Asimismo, en algunos exchanges es difícil encontrar una contraparte para operar en estos momentos, lo que hace que los poseedores de una criptomoneda no puedan cambiarla por otro activo a gusto y placer.
Esto fue evidente durante la caída del mercado de criptomonedas en marzo de 2020, cuando la liquidez disminuyó drásticamente y los precios de muchas criptomonedas cayeron en picada debido a la incapacidad de los inversores para encontrar compradores. Algo similar ocurrió durante las grandes caídas del mercado en 2022.
¿Y qué podemos hacer para evitar este tipo de riesgo? La verdad es que no se puede hacer demasiado, pero sí es fundamental que comprendas la situación y tomes medidas para gestionar los peligros.
Desconocimiento y complejidad técnica
A pesar de que el tema convoca cada día a más y más gente, muchas personas aún tienen un entendimiento limitado de cómo funcionan realmente las criptomonedas y la tecnología blockchain. Como en cualquier otro ámbito, este desconocimiento puede llevar a errores y a decisiones de inversión mal informadas.
La tecnología detrás de las criptomonedas, como la criptografía, los contratos inteligentes y las claves privadas y públicas, puede ser compleja y difícil de entender para quienes no tienen formación técnica. Gestionar tus criptomonedas de forma segura demandará que domines al menos los conceptos básicos.
El desconocimiento también puede ser explotado por delincuentes y estafadores. Justamente, las estafas piramidales y esquemas de inversión fraudulentos aprovechan la falta de comprensión técnica de los inversores para prometer retornos irrealistas o vender productos defectuosos.
Para colmo de males, el mundo de las criptomonedas está lleno de terminología especializada y conceptos que pueden ser desconcertantes para los novatos. Términos como "hashrate", "staking", "minería" y "forks" son parte del vocabulario diario en este entorno, pero pueden resultar confusos para quienes recién comienzan.
No tienes que ser un experto ni tampoco conocer al dedillo el trasfondo tecnológico. Al fin y al cabo, todos usamos los correos electrónicos y a veces ni siquiera sabemos cómo funcionan, ¿cierto? Además, como se ve a continuación, detectar una "trampa" en un contrato inteligente puede ser casi imposible para un usuario no experto.
Fuente: Etherscan.
La recomendación aquí es que te informes con fuentes confiables. Por ejemplo, puedes leer tutoriales en medios de comunicación especializados o incluso las mismas guías que suelen publicar los exchanges y las billeteras para que sepas usar sus productos.
En Chile, como en muchos otros países, el nivel de alfabetización digital y financiera varía ampliamente. Si bien hay un grupo creciente de entusiastas y expertos en criptomonedas, una parte significativa de la población aún carece de la educación necesaria para comprender plenamente los riesgos y beneficios de estos activos.
Influencia de las redes sociales y FOMO
En el mundo en el que vivimos, lo que no está en las redes sociales prácticamente no ha pasado. Con esa perspectiva, podemos imaginar sin esfuerzo que las redes pesan realmente cuando hablamos de riesgos de invertir, ya sea en criptomonedas como en otros activos. Lo mismo aplica para el fenómeno conocido como FOMO (Fear Of Missing Out, o “miedo a perderse algo”).
Las redes sociales, particularmente plataformas como Twitter, Reddit y Telegram, han emergido como fuentes de información para muchos inversores en criptomonedas. En estos espacios se comparten noticias, análisis y opiniones en tiempo real. Sin embargo, la información en redes sociales no siempre es precisa o verificable, y puede ser fácilmente manipulada por individuos o grupos con intereses no del todo transparentes. Los llamados "influencers" de criptomonedas, que tienen grandes seguidores, pueden mover el mercado con un solo tweet, lo que genera fluctuaciones de precios abruptas y, a menudo, no justificadas por fundamentos económicos sólidos.
Conectado con lo anterior, el FOMO es un fenómeno psicológico que se ve exacerbado por la naturaleza inmediata y viral de las redes sociales. Por el FOMO, muchas personas pueden sentirse presionadas por comprar una criptomoneda cuando ven que su precio está subiendo rápidamente, por temor perderse la oportunidad de obtener grandes ganancias.
Este comportamiento impulsivo lleva a decisiones de inversión basadas en emociones en lugar de análisis racionales. Lógicamente, esto aumenta el riesgo de pérdidas.
Un claro ejemplo de esto ocurrió en 2021 con Dogecoin, una criptomoneda que vio un aumento exponencial de su valor impulsado en gran medida por publicaciones virales y el respaldo de celebridades en redes sociales, a pesar de no tener un valor intrínseco sólido. Desde entonces, su precio ha llegado a caer un 85% desde su pico máximo, como vemos en el gráfico de abajo.
Pero ojo, no es una cualidad negativa que se vea solamente en Dogecoin, sino que pasa con otras criptomonedas. El problema es el FOMO, el “compra ahora o dejarás pasar el tren” que se genera en ciertas situaciones.
Por último, la influencia de las redes sociales es tal que también puede dar lugar al "pump and dump". Se trata de un fenómeno en el que grupos organizados compran una criptomoneda en grandes cantidades para inflar artificialmente su precio, con el objetivo de venderla posteriormente a un precio más alto. Los inversores que no conocen la “jugada” se quedan afuera y acaban perdiendo dinero. Este tipo de manipulación del mercado es ilegal en mercados tradicionales, pero en el mundo de las criptomonedas, donde la regulación es menos estricta, sigue siendo un problema recurrente.
Por último, la influencia de las redes sociales es tal que también puede dar lugar al "pump and dump". Se trata de un fenómeno en el que grupos organizados compran una criptomoneda en grandes cantidades para inflar artificialmente su precio, con el objetivo de venderla posteriormente a un precio más alto. Los inversores que no conocen la “jugada” se quedan afuera y acaban perdiendo dinero. Este tipo de manipulación del mercado es ilegal en mercados tradicionales, pero en el mundo de las criptomonedas, donde la regulación es menos estricta, sigue siendo un problema recurrente.
Implicaciones fiscales
Entender las obligaciones fiscales relacionadas con las criptomonedas es una parte muy importante para evitar problemas legales y financieros a largo plazo.
En Chile, las criptomonedas no están exentas de impuestos. La compra, venta y el intercambio de criptomonedas están sujetos a las normativas fiscales vigentes. Según el Servicio de Impuestos Internos (SII) de Chile, las criptomonedas son consideradas activos digitales y, por lo tanto, cualquier ganancia obtenida a través de su venta o intercambio debe ser declarada como ingreso imponible. Esto incluye tanto las ganancias de capital obtenidas al vender criptomonedas por un valor mayor al de compra, como los ingresos derivados de actividades de minería.
Un buen consejo en estos casos es que mantengas registros detallados de todas tus transacciones con criptomonedas, incluyendo las fechas de compra y venta, los valores de las transacciones y cualquier otro costo. En internet puedes encontrar planillas confeccionadas para rellenar y calcular automáticamente los impuestos que deberás pagar.
Además de las ganancias de capital, otros aspectos de las criptomonedas también pueden tener implicaciones fiscales. Por ejemplo, si una persona recibe pagos en criptomonedas por bienes o servicios, estos ingresos deben ser declarados y estarán sujetos a impuestos como cualquier otra forma de ingreso. Del mismo modo, las actividades de minería de criptomonedas generan ingresos que deben ser reportados y pueden estar sujetos a impuestos sobre la renta.
Fuente: Pixabay.
A nivel internacional, la cooperación entre países para regular y fiscalizar las criptomonedas está aumentando. Los acuerdos de intercambio de información fiscal y las iniciativas de cumplimiento transfronterizo están diseñados para evitar la evasión de impuestos mediante las criptomonedas. Ten en cuenta esto si vas a usar plataformas extranjeras para mover tu dinero.
Los riesgos que debes considerar
De todo lo que comentamos a lo largo de este artículo, podemos concluir que invertir en criptomonedas abre un mundo de oportunidades, pero también conlleva riesgos. Está en cada uno ser responsable y tomar decisiones informadas para no caer en los peligros que fuimos explicando.
Ahora ya lo sabes: la volatilidad del mercado puede darte ganancias rápidas, pero también pérdidas; en tanto, la falta de regulación suma una incertidumbre que puede afectar tanto a empresas como a individuos. También la seguridad y los fraudes siguen siendo una preocupación persistente, con numerosos casos de hackeos y estafas que subrayan la importancia de la educación y la cautela al manejar estos activos digitales. La complejidad técnica está relacionado a esto, y las redes sociales juegan su papel, desde luego. Es clave que desarrolles una comprensión sólida de la tecnología detrás de las criptomonedas y mantengas un enfoque crítico hacia la información que ves en la web o en redes.
Todo lo anterior se potencia a medida que las criptomonedas ganan popularidad. Se abren nuevos horizontes de acción e inversión, pero también se multiplican los riesgos y los intentos de estafas. Sé cauto y, ante la duda, date el tiempo que necesites para investigar y pensar. Es preferible llegar tarde antes que verse embaucado y perder grandes sumas de dinero por un descuido.